sábado, 25 de septiembre de 2010
Un cuento de la Universidad
Ilustración: Alberto Blanchart (Madrid, 1971) www.albertoblanchart.com
Por: Carlos Mantilla*
En horas de la madrugada de un martes 19 de Octubre, el comienzo del semestre bullicioso en el vice-rectorado de la Unellez de Guanare, ubicado en Mesa de Cavaca, hace muchos años, se produjo un hecho que dejó atónitos a profesores y estudiantes, que ocasionó alarma y terror. En forma inexplicable con gran fuerza de los vientos, muchos árboles fueron arrancados de su raíz. Al día siguiente un viejo campesino, salido de quien sabe donde, me pregunto si iba a pernoctar hasta tarde la noche en la Universidad; - le contesté, como lo tenía previsto, que solo iba a leer en la biblioteca hasta las 11 de la noche. Se nota que usted ignora por completo la que ocurre, me dijo el viejo campesino. Porque en esa Universidad existen muchos fenómenos a los que no se les puede hallar explicación. Cuentan que estudiantes y profesores, empezaron a preocuparse por ciertas alteraciones que suceden en las aulas de clases. Oyen ruidos, y temblores inexplicables en las paredes, pasos misteriosos y golpes en las puertas, voces en el cafetín, y cuando se aproximan no hay nadie. Concluyeron que estos extraños acontecimientos tenían una explicación. Así el relato directo nos viene del archivo del consejo municipal de esa época, la presidenta del ayuntamiento decreta, que esos terrenos inicialmente constituirían la sede del cementerio municipal de Guanare. Al poco tiempo el gobierno central, siendo presidente Carlos Andrés Pérez, decide el inicio de las obras, para la sede del vice-rectorado de la Unellez en ese mismo sitio. El campesino nos narra, que se ordenó inmediatamente sacar los cadáveres que inicialmente se habían enterrados, para trasladarlos al actual cementerio municipal, pero por negligencia de los obreros de la construcción, no fueron desenterrados todos. Y así, al acercarse la noche, todo responde a un designio indescifrable y ajeno, en un silencio demasiado lleno de ruidos, en una oscuridad demasiada llena de estrellas, deambula una extraña presencia por la universidad en tinieblas, tratando de conseguir la paz sepulcral en su verdadera morada. Alguien después narró, que una noche en que llovía a cantaros y que se oía el lejano fragor del trueno, trataron de establecer un diálogo, para comunicarse con la misteriosa entidad sobrenatural, con alguien preparado en asuntos paranormales.
Fue una experiencia irrepetible, fue un encuentro con vida extra-corpórea, demostrando así, que nuestros cuerpos, no son más que moradas donde residen nuestras almas que se convierten en energía. La comunicación avanzó de tal manera, que se averiguó la historia de un alumno, que junto a los estudiantes del C.B.C. Angulo Ariza, participó en la toma del seminario de Guanare, donde por primera vez iban a funcionar las oficinas administrativas del rectorado de la Unellez. El alumno por causas extrañas murió en el intento y fue enterrado en los terrenos de la actual Universidad de Mesa de Cavaca. Al pasar el tiempo, algunos estudiantes se pusieron a excavar en la plaza aledaña a los salones, de clase, para comprobar lo manifestado por la misteriosa entidad sobrenatural, pero no hubo ningún resultado. Hoy en día al caer la noche, se escuchan indefectiblemente a lo lejos, el quejido de perros en agonía, que según dicen anuncian que aun hay muertos enterrados en la universidad, que no han sido trasladados al cementerio municipal. Mientras persistan esas tumbas ocupando esos espacios, figuras extrañas seguirán caminando en la universidad, donde los estudiantes nuevos empezaran a oír un susurro, a sentir un rumor desconcertante allá al fondo de los pasillo y en determinadas horas, los árboles están en perpetua agitación sin que sople viento alguno en el cielo, como si esa aparición de seres condenados por el destino, fuera el anuncio de una tragedia que al pasar de los años pusiera fin al esplendor de una de las Casa de estudio más famosa de los llanos. Alguien después me dijo, que el campesino viejo que narró estos sucesos se esfumó en la carretera que conduce a la población de Biscucuy la del más allá hasta el mas nunca.
*.- Licenciado en Educación de dilatada trayectoria; columnista de la prensa regional y nacional. Reside en Guanare.
IN MEMORIAM
POEMA DE LILIA RODRÍGUEZ DE DORANTE
ELEGÍA PARA UN HERMOSO SUEÑO
Llevo un hijo
en mis fatigadas entrañas,
creado en los atardeceres,
engendrado en noches de Luna,
palpitando en los frescos días de verano.
Está viviente
en todos los caminos,
donde nuestros pies
se detuvieron para amarnos;
lleva en sus ansias
el esplendoroso comienzo de tú vida
y el hastío final de la mía…
Un hijo tuyo,
esencia de ternura;
raíz profunda de mi amor por ti,
hecho por tu primavera,
fertilizado por mi sabia…
Viene y va…en mi vida,
como las olas del mar,
día y noche para mis ansiedades,
voy llevando un hijo tuyo,
bendición que purifica mis males…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario